Otro jabón que me gusta por su olor a
galleta es este que parece un cortadillo. Está hecho en dos capas y luego lo he
pegado, utilizando un poco de agua.
Se hace el jabón y se alcanza traza, en
este momento, se divide en dos partes y en una de ellas se sigue batiendo, para
alcanzar el punto de natillas. Entonces se vierte en el molde, al que le
ponemos papel de horno y se espera un poco, ya que endurece pronto. Luego se
hace la segunda parte, a la que le he añadido una cucharada de arcilla roja,
para darle el color.
La receta lleva aceite de oliva, cera de
abeja, glicerina y miel, copos de avena y leche de cabra en la traza y aceites
esenciales de palorosa, yang-yhang y extracto de mirra.
La cera de abeja es para darle algo más de
dureza, y los otros componentes lo hacen un jabón muy suave, apto para todo
tipo de piel, incluso las más delicadas.
También se pueden hacer formas, utilizando
moldes.
Y con los restos, se rellenan moldes de
flores, etc. El resultado es parecido a un marmoleado.
Los detalles de dinosaurios los hice con un
jabón de almendras y pensé que al ser jabones tan chicos podría ponerlos como
decoración de un jabón más grande.
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